Si estás leyendo esto es porque sabes que la web de tu empresa es algo fundamental, un pilar básico en la estructura de tu negocio. Y que para dar una imagen profesional ante tus clientes necesitas un resultado profesional. Pero ahora te preguntas: ¿Qué debo tener en cuenta a la hora de contratar un desarrollador web?
Es normal que a la hora de comprar un bien de cierto valor, como por ejempo un coche, te fijes en determinadas características: precio, equipamiento, potencia, consumo… Pues bien, a la hora de contratar un profesional el procedimiento es el mismo: hay ciertas características que debemos tener en cuenta. El secreto es, únicamente, saber cuáles son esas características en que nos debemos fijar.
Tabla de contenidos
Contratar desarrollador web
Según mi experiencia las dos primeras cosas que pregunta un cliente a la hora de pensar en contratar un desarrollador web son precio y plazo.
Es algo como digo habitual, porque mucha gente tiene la percepción de que “hay que tener una página web”, como si fuera un trámite a cumplir en el camino de tu negocio. Como paso que hay que dar, cuanto más barato y más rápido esté hecho, mejor.
Evidentemente cuando alguien piensa así es porque realmente no sabe qué valor aporta una web a su empresa. Y ahí está la cuestión: una web no es un trámite, algo que simplemente hay que tener, como si fuera una licencia municipal o algo así. No, una web es una pieza fundamental que debe actuar en sinergia con el resto de la estructura de tu negocio.
Lo que habitualmente pregunta la gente a la hora de contratar un desarrollador web
Y así, teniendo las cosas claras, podemos (ahora sí) ver más claramente que el desarrollador web que debemos contratar ha de ser el que más valor aporte a mi proyecto. Lo cual no tiene necesariamente que coincidir con el más barato o el más rápido.
Pero, como ésos son los aspectos que más en cuenta se tienen comúnmente, vamos a empezar por ellos si te parece.
El precio
Si has mirado presupuestos, aunque sea un poco por encima, habrás visto la gran disparidad de precios que existe en el mercado actualmente. La razón es la que suele ser en estos casos: intrusismo.
No te voy a dar la vara con los problemas del sector (tú ya tendrás otros problemas en tu negocio) pero sí debes tener en cuenta que alguien que cobra poco suele ser porque no es profesional (sus ingresos vienen de otro sitio y para él tu web no es más que “un extra”) y/o no tiene experiencia.
En cualquier caso, teniendo en cuenta lo que cuesta hacer una web (una buena web) en comparación con el resto de requerimientos de tu negocio, el precio no es algo que debieras tener demasiado en cuenta ya que, a menos que necesites una cosa muy muy especial, el precio final será bajo en proporción. Repito: piensa en términos de valor, no de coste.
El plazo de entrega
Esta es la otra gran preocupación de cualquier cliente “primerizo”: ¿En cuánto tiempo estará lista mi web?. No es algo malo por sí: está bien conocer plazos. Lo que sí es malo es querer que “el trámite” se complete en unos días, una semana a lo sumo, como he llegado a oír.
¿En serio? ¿De verdad quieres que la imagen de tu empresa frente a un posible cliente que visita tu sitio web por primera vez sea un trabajo chapucero hecho con prisas en unos días, una semana a lo sumo?
Entiendo que nadie quiera esperar varios meses a ver el resultado de su web (¡huye de quien te dé un plazo así, no te está dedicando la atención que mereces!) pero tampoco hemos de ser ansiosos: un trabajo bien hecho no puede realizarse con prisas.
Lo que realmente deberías preguntar a la hora de contratar un desarrollador web
¿Y si empezamos a cribar por aspectos que realmente serán importantes a la hora de dejar nuestra empresa en manos de un profesional? Bien, vamos a verlo.
Experiencia
¿Encargarías a un peón alicatador en su primera semana de trabajo que te cambiara los azulejos de la cocina o el suelo del salón? Jajaja, me parece estar viendo tu cara ahora mismo. ¡De ningún modo!, parece decir esa expresión.
Entonces, ¿por qué dejar el sitio web de tu empresa en manos de alguien cuya única experiencia es arrastrar un par de módulos a la barra lateral de su blog? ¿Tan poca importancia le das a tu imagen? (pregunta para pensar).
Y, relacionado con ésto, ¿sólo quiere decir que sí a lo que le pidas, cobrar, y ya te apañarás tú? ¿O, por el contrario, es alguien con capacidad para proponerte alternativas mejores (que quizá tú desconozcas) basadas en años de experiencia?
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Conocimientos
Busca un desarrollador web que sepa llevar a cabo un trabajo de calidad, no algo que simplemente se vea bonito.
Ya hay programas, e incluso empresas que se anuncian en televisión, que hacen webs bonitas o te permiten a ti mismo hacerlas en unos minutos. Pero en la trastienda son auténticas chapuzas: pesadas, lentas, ineficientes y llenas de errores garrafales en cuanto a usabilidad, SEO (optimización para buscadores), y muchos aspectos que son muy importantes pero que no se perciben a simple vista.
No te dejes deslumbrar por un bonito slider de imágenes o menús con efectos asombrosos (que son una pesadilla para los usuarios de dispositivos móviles). ¿Quieres una web bonita que sea todo fachada, o quieres una web profesional y eficiente que, por otro lado, también puede ser bonita? Porque lo uno no está reñido con lo otro… 😉
Calidad
Hoy en día hay unos requerimientos sin los cuales una web se puede considerar, directamente, una chapuza:
¿Está optimizada para móviles?
Ya más de la mitad del tráfico web (¡más de la mitad!) se produce desde dispositivos móviles. Si tu desarrollador no te hace una web optimizada para móviles estarás perdiendo más de la mitad de tus posibles clientes. Casi nada.
¿Es SEO-friendly?
O, lo que es lo mismo: ¿está optimizada para los buscadores? Si no le gustas a Google, la gente no te encontrará. Ya pasaron los tiempos en los que un desarrollador web podía permitirse el lujo de no tener ni idea de SEO (Search Engine Optimization, optimización para motores de búsqueda).
Hoy en día el SEO es algo que hay que tener en cuenta desde la misma concepción de la web. ¿Contenidos? Sí, por supuesto: pero sobre una estructura eficiente.
¿Es escalable?
Si tus necesidades cambian, o se incrementan, ¿la web podrá adaptarse fácilmente a esos cambios? ¿O, por el contrario, habrá que volver a empezar de cero con todo lo que ello implica?
¿Es autogestionable?
No quieres depender de nadie para siempre. Al menos no para cualquier mínimo cambio que quieras hacer, ¿verdad? Tu desarrollador debe ser capaz de entregarte una web que tú mismo (o alguien de tu equipo) sea capaz de gestionar. Y además enseñarte a hacerlo, aunque sea a un nivel básico.
¿Te dará soporte?
Algo primordial. Huye de cualquier desarrollador que se lave las manos una vez entregada la web. Si no te ofrece soporte, al menos durante las primeras semanas, no es el profesional que buscas.
Conclusión
Como ves no todo es precio y rapidez. ¿De qué te sirve una web barata y rápida si no va a verse bien desde un móvil o una tablet? ¿O si nadie va a poder encontrarte en Google? ¿O si no vas a poder cambiar ni siquiera un texto sin tener que llamar cada vez al desarrollador (con su factura correspondiente, claro está)?
Sé exigente con las cosas importantes para tu proyecto.
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Si estás buscando un desarrollador web contáctame. Sin ningún compromiso, aunque sólo sea para pedir consejo (no cobro por dar consejos 🙂 ). Y, si quieres, hablamos de tu proyecto y de tus necesidades. Que, al fin y al cabo, es lo verdaderamente importante. ¿O no?
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