Llegado el momento en que uno decide que necesita una nueva web (o un rediseño profundo de la ya existente) para su proyecto de negocio, surgen muchas dudas. Una de las más habituales es la disyuntiva entre contratar un desarrollador web o usar un maquetador visual.
Para poder elegir necesitamos, obviamente, conocer las ventajas y los inconvenientes de cada una de las alternativas y estudiarlas en función de tus necesidades, ya que la conveniencia de uno u otro depende mucho de tus objetivos y del resultado que esperes obtener. De esta forma puedes tomar una decisión inteligente, evitando problemas posteriores.
Así que, como parece lógico, el primer paso sería conocer cuáles son las ventajas e inconvenientes de utilizar un maquetador visual (como Visual Composer, por mencionar uno de los más conocidos) o de contratar un desarrollador web.
Tabla de contenidos
Los maquetadores visuales
En los últimos años los maquetadores visuales han supuesto una auténtica revolución, poniendo al alcance del público sin conocimientos la realización de un sitio web.
De hecho algunas empresas (algunas de ellas muy conocidas) basaron su modelo de negocio en ofrecer al gran público una interfaz basada en maquetadores visuales con eslóganes del tipo crear tu web es muy fácil o tu web perfecta hecha por ti.
¿Qué es un maquetador visual?
Supongo que ya sabes de qué te hablo. Básicamente se trata de una interfaz en la que sólo tienes que elegir y arrastrar componentes, permitiéndote crear una página web funcional de forma muy visual y sin tener la más mínima idea de HTML, CSS, PHP o Javascript.
El resultado es aparentemente profesional y hecho por ti mismo. Algunos de ellos son muy conocidos y otros no tanto, pero desde luego la oferta es amplia (un hecho característico de existe gran demanda):
- Visual Composer, el más conocido seguramente (me refiero al software de maquetación visual en sí, no a empresas que lo exploten)
- Divi Builder, otro archiconocido
- Elementor
- Page Builder, muy conocido también porque además es gratuito
Eso por nombrar sólo unos pocos de entre los más populares porque, como decía más arriba, la oferta es muy numerosa precisamente por lo amplio de la demanda. Y ¿por qué hay tanta demanda? ¿Qué ventajas aportan? Vamos a verlo.
Ventajas de un maquetador visual
El caso es que, cuando hablamos de ventajas de un maquetador visual, sólo podemos nombrar dos, pero son dos características a las que hoy en día se da mucha importancia: rapidez y precio.
Por un lado la inmediatez: pago el software, lo descargo, empiezo a hacer ya mi página web y en dos horas dejo el asunto despachado. Asunto quitado de en medio y tachado de la lista en un visto y no visto.
Y además barato, ya que incluso los mejores maquetadores visuales tienen un precio ridículo si se comprara con lo que cobra un desarrollador web por hacer un trabajo aparentemente igual. En principio parece que no hay color, ¿verdad?
Maquetadores visuales: los inconvenientes ocultos
Pero eso es sólo por fuera, amigo lector. Lo cierto es que, a pesar de que el aspecto parezca profesional, una web creada con un maquetador visual cuenta con graves carencias ocultas… a primera vista.
Código
En primer lugar está el código. Que, aunque no lo veas, está ahí. Tú sólo arrastras y sueltas módulos para construir la web, pero el programa se ocupa de transformar todos esos elementos visuales en líneas y bloques de código para que un navegador pueda interpretarlos y mostrar la página web.
Y el código que genera un maquetador visual es nefasto. Ineficiente, reiterativo y sobrecargado. Y eso es algo que debería importarte, ya que es algo que incide muy negativamente sobre el rendimiento de la web.
Las cargas de las páginas se vuelven lentas y todo el sitio se ralentiza. Y eso, en una sociedad que no espera más de tres segundos a que se cargue una página (si una página tarda en cargar más de eso cierran y se van a otra) puede costar muy caro, especialmente si la web es un comercio electrónico.
Posicionamiento en buscadores (SEO)
El simple hecho de que la carga de las páginas sea más lenta ya incide negativamente sobre el posicionamiento en las búsquedas (es uno de los factores que Google tiene en cuenta al posicionar páginas web en los resultados de búsqueda), pero no es eso lo único.
De nuevo el código no es el óptimo para su interpretación por los robots que indexan las webs, y eso incide muy negativamente sobre el posicionamiento. Puedes encontrarte con la desagradable situación de que tu web se vea relegada a las últimas páginas de los resultados, allí donde nadie llega.
Efecto lock-in
Viendo los dos inconvenientes anteriores, este es casi el que menos importa. Y es que la gran mayoría de los maquetadores visuales construyen la web a base de shortcodes o pequeños fragmentos de semicódigo que sólo ellos son capaces de interpretar y convertir en código entendible por los navegadores web.
¿El resultado? Que si desactivas el maquetador visual tu web pierde toda la forma y diseño y se convierte de pronto en una maraña ininteligible de fragmentos de código indescifrables que se mezclan con el contenido.
De esta forma te encuentras atado al programa. No puedes dejar de utilizarlo o perderás no sólo tu web, sino también todo el contenido, ya que limpiarlo de todo este código (que puede indexar Google) te llevaría horas y horas de trabajo.
Te conviertes en esclavo del maquetador visual.
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Desarrolladores web
Seamos justos: contratar un desarrollador web también tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Que, además, son casi exactamente los contrarios a los de los maquetadores visuales.
Inconvenientes de contratar a un desarrollador web
Siendo directo y conciso, son dos: tiempo y dinero. Donde con un maquetador visual podías tener tu web terminada en una mañana y a cambio de unos pocos dólares y unas horas de dedicación, un desarrollador web profesional te dará un plazo (dependiendo de cómo sea tu proyecto) de entre unos días y varias semanas.
Y, por supuesto, el presupuesto no se va a poder comparar con el precio de una licencia de Visual Composer (34 US$ al momento de escribir este artículo). Ni mucho menos.
Contratar diseñador web: ventajas
Pero por el contrario, también tiene unas ventajas muy definidas (e importantes) respecto a un maquetador visual.
Personalización
Al contrario que con un maquetador visual (en el que todo viene en bloques «prefabricados») un desarrollador web va a adaptar tu sitio web 100% a las necesidades de tu proyecto, porque trabaja directamente sobre el código.
Añadido a esto, tu diseño será único y estará en concordancia con tu imagen corporativa, distinguiéndote de otras mil webs que se ven exactamente iguales.
Eficiencia
Precisamente ese trabajo sobre el código es lo que hace que éste esté optimizado, acortando los tiempos de carga de la web y mejorando cada uno de los aspectos importantes de ésta, tanto en la parte que tus clientes verán (mejorando mucho la usabilidad) como en la que no verán pero que incide muy directamente sobre la experiencia que tendrán al visitar tu web.
Adaptación
Y, a mi modo de ver, éste es el aspecto clave: tu web estará adaptada a tu proyecto, y no a la inversa. Tendrás lo que necesitas, en lugar de tener que encajar unas opciones preestablecidas. Porque tu proyecto es único (cada proyecto lo es) y es imposible que un software con un número limitado de opciones se adapte a las necesidades de cada uno.
Un desarrollador web, por el contrario, te entregará un trabajo adaptado a tu proyecto.
Conclusión
Pues ya lo ves: maquetación visual o desarrollador web, cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Y, precisamente por ello, cada uno tiene su mercado propio y distinto.
¿Qué esperas de tu proyecto? ¿Cuáles son tus expectativas? ¿Cuáles tus prioridades? Responde a esas tres preguntas y, con lo que has leído sabrás perfectamente qué te conviene más.
Y en caso de que lo que convenga a tu proyecto sea un desarrollador web, ya sabes que yo cuento con veinte años de experiencia en la realización de sitios web y de comercio electrónico (puedes saber más sobre mí aquí), así que no dudes en consultarme. Te enviaré un presupuesto adaptado a las necesidades de tu proyecto sin ningún tipo de compromiso. 🙂
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