Ya tienes terminada tu nueva web corporativa o tu flamante blog hechos con WordPress. Ya está online y recibiendo visitas (o a lo mejor todavía no, pero no te preocupes que ya irán llegando). ¿Y ahora qué? ¿Ya está todo? Pues siento decirte que no: una web necesita mantenimiento.
Como un coche, o como una casa, o como cualquier otra cosa que utilizamos de forma continua: o se realiza un correcto mantenimiento, o acaba funcionando mal. Es ley de vida. Pero ¿qué tipo de mantenimiento necesita una web?
Pues en realidad, al margen del contenido que vayamos añadiendo, la propia web requiere que realicemos ciertas tareas tareas. Vamos a verlas en detalle.
Tabla de contenidos
Actualizaciones
No hace falta hablar de lo importante que es mantener la web al día de actualizaciones: si es importante en cualquier programa, imagina cómo lo será en una página web que está 24 horas al día, 365 días al año (este año 366) en el punto de mira de los hackers, deseosos de encontrar una vulnerabilidad para montarte un estropicio.
En WordPress son tres los componentes que debemos mantener actualizados:
- El core de WordPress (su “corazón”, el motor que hace que todo funcione)
- Los plugins
- La plantilla o plantillas que tengamos instaladas
Podrías pensar que ello es relativamente sencillo, puesto que el propio WordPress se encarga de avisarnos cuando hay actualizaciones disponibles y basta darle al botoncito de “Actualizar ahora”. La verdad es algo distinta.
Sí, uno puede estar actualizando así durante semanas o incluso meses sin que ocurra nada. Hasta que llega un día en que actualizas un plugin y ¡PUF!, todo se viene abajo y tu web de presenta la pantalla blanca de la muerte.
¡La hemos fastidiado!
Ahí es donde viene el miedo, la desesperación, la negación (esto no me puede estar pasando a mí) y otros varios estados, que no nos van a solucionar nada.
Lo cierto es que no es tan sencillo como pulsar Actualizar y olvidarnos. Hay muchas cosas que tenemos que considerar antes de actualizar, como estudiar los cambios que se incorporarán, comprobar posibles incompatibilidades con otros componentes que tengamos instalados, etc.
Y, sobre todo, estar seguros de que sabemos qué hay que hacer si todo falla. Especialmente si tu negocio depende de tu web.
Copias de seguridad
Y eso nos lleva al segundo punto. Porque, si toda tu web se va al carajo, ¿podrías recuperarla al estado exacto en que se encuentra?
Las copias de seguridad son el otro punto vital, junto con las actualizaciones, del mantenimiento de una web. Ante todo hay que evitar que todo funcione siempre correctamente, pero ante un desastre imprevisto tenemos que estar preparados para reaccionar.
En ese sentido es vital contar con copias de seguridad de toda nuestra web: archivos y base de datos. Además hemos de procurar que, cuando las podamos necesitar, dichas copias de datos sean lo más recientes posible, por lo que la frencuencia de realización de copias de seguridad debe ser tan alta como sea posible.
Y si esto es importante en cualquier web, en un ecommerce es vital.
Alertas de seguridad
Si tienes bien configurada tu web, recibirás regularmente las alertas de seguridad, preferentemente por email: intentos de acceso bloqueados, archivos importantes que han sido modificados, usuarios con actividad sospechosa… Si no estás informado de todas estas situaciones y eres capaz de dormir tranquilo por las noches, ¡te envidio!
Si has hecho los deberes y tienes ese aspecto cubierto, enhorabuena. Pero el trabajo no acaba aquí. Una alerta de seguridad se llama alerta precisamente por eso: hay que prestarles atención. De nada nos sirve tener correctamente configurados todos esos avisos si, cuando los vemos en el correo, los eliminamos sin más. Eso es jugársela.
Lo correcto, lo que hay que hacer si queremos tener la tranquilidad de que nuestra web esté siempre en forma y no nos dé disgustos, es comprobar esas alertas regularmente: archivos modificados, IP bloqueadas, intentos de acceso de usuarios que no están en el sistema… ¡Hay que actuar en consecuencia para evitar disgustos!
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Monitorización de enlaces rotos
Dejando a un lado el aspecto de la seguridad, hay también otros temas importantes que debemos tener en cuenta si queremos que nuestros visitantes tengan una experiencia de usuario positiva cuando navegan por nuestra web, además de para que Google no nos mire con malos ojos. Uno de esos aspectos son los enlaces rotos.
Es inevitable, sobre todo cuando se trata de enlaces salientes: con el tiempo las webs cambian de dirección o desaparecen o, si se trata de enlaces internos (dentro de nuestra propia web) con el tiempo podemos cambiar páginas de sitio y no recordar que las teníamos enlazadas desde otra página.
Todas estas cosas generan enlaces rotos, salientes o internos, que generan una mala experiencia para nuestras visitas y que hacen que Google nos quite puntos. Un buen mantenimiento de la web exige tener esos enlaces vigilados o, al menos, repasarlos periódicamente y reparar los que estén rotos.
Monitorización de errores 404
Los odias. Yo también. Todos los odiamos. No nos gusta esperar encontrar un contenido y encontrarnos con un error 404. Pues bien, te diré una cosa: a tus clientes tampoco. Y lo peor que puede pasar es que los encuentren en nuestra propia web.
Pueden no ser culpa nuestra. A lo mejor alguien nos ha enlazado y ha escrito mal la dirección, o hemos cambiado la dirección de una página y hemos corregido nuestros enlaces, pero alguien, desde otra web, sigue enlazando la dirección antigua.
Pero eso no cambia nada: nuestros visitantes seguirán percibiendo la misma mala imagen. Así que sí, también hemos de mantener los errores 404 vigilados y sometidos. Y, cuando no se puede hacer nada (no siempre los podremos evitar), al menos “endulzar” la experiencia negativa tanto como podamos.
Mantenimiento y limpieza de la base de datos
Este es otro aspecto que incide directamente tanto en la experiencia de los usuarios que nos visitan como en el posicionamiento en buscadores (ambas cosas tienden a converger en los últimos años, y la primera influye ya mucho en la segunda).
¿Y por qué? Pues, sencillamente, porque incide en el rendimiento de la web y, por tanto, en su velocidad de carga. Cuanto más lento carga una web, más visitantes se irán sin verla. Y si es una tienda electrónica y tarda más de tres segundos en cargar, olvídate de la venta: la has perdido.
Además, con el tiempo y la información “sucia” que acumula la base de datos, ésta se va llenando y ocupando más y más espacio. Y cuanto más tiempo pasa y cuantos más contenidos le metamos (posts, productos…) más espacio ocupa. Otra cosa que puede convertirse en un problema… especialmente para el primer punto, el tema de las copias de seguridad, que se harán lentas y voluminosas.
Es algo inevitable. WordPress guarda borradores automáticos, versiones temporales de posts y páginas, términos meta… Además, los plugins crean tablas y opciones que, una vez desactivado el plugin que las creó, quedan olvidadas en la base de datos… En fin, mucha información huérfana e inservible.
¿Qué hacer entonces con ella? Pues limpiarla, evidentemente. Pero sabiendo lo que haces. Ya sabes, toca la base de datos donde no debes y…
Seguimiento del uptime del servidor
Este apartado no es estrictamente una tarea del mantenimiento de la web, pero forma parte de las cosas que tienes que tener vigiladas: si tu web está constantemente cayéndose y tiene continuas interrupciones de servicio por culpa del servidor y tu no te enteras, mal asunto.
Por eso es importante hacer siempre un seguimiento del uptime del servidor (el porcentaje de tiempo que mantiene el servicio activo) y dar un toque a nuestra empresa de hosting (o, directamente, cambiarnos a otra) cuando llega a valores inaceptables.
¿Y tengo que hacer todo eso para que la web funcione correctamente?
Sí y no. Indudablemente son cosas que hay que hacer necesariamente si queremos dar un servicio de calidad, durante mucho tiempo, y a poder ser sin sobresaltos para nuestra salud y nuestro bolsillo.
La buena noticia es que no lo tienes que hacer tú necesariamente. En primer lugar porque tu trabajo es otro, y es a las tareas en las que eres más productivo a las que te tienes que dedicar. En segundo lugar porque, si no eres tienes conocimientos profesionales sobre el tema, el disgusto puede llegar igual antes o después.
Existen afortunadamente alternativas profesionales a un precio muy asequible por el valor que ofrecen. En mi caso, por ejemplo, no sólo ofrezco todo lo repasado en este artículo a través de mi servicio de Mantenimiento WordPress Profesional, sino que incluye también algunas otras cosas, como el servicio de emergencias WordPress, para que no te quedes tirado en ningún momento.
Por supuesto, el servicio incluye informes mensuales de todas las acciones realizadas, del estado de la web, alertas producidas, etcétera. ¿Por cuánto? 50 €/mes. Ya me contarás si no merece la pena…
Tanto si te interesa el servicio como si prefieres hacerlo tú mismo estoy a tu disposición a través de los formularios de contacto para resolver cualquier duda que puedas tener.
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